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Cuando no eres esa mujer de la que la gente se enamora

Me tomo bastante tiempo darme cuenta de la razón. Y era bastante simple, casi para reírse. Me han repetido una y otra vez que el amor verdadero debería de ser mi prioridad número uno en la vida. Me he visto condicionada a aceptar y creer que debo experimentar este amor, pero que todavía no estoy lista para ello. Todo con la esperanza de que llegue alguien que me diga las palabras mágicas. Nunca he experimentado lo que se siente cuando una persona te confiesa su amor eterno. No es que nunca me haya enamorado. Es más, me he enamoré hasta la última fibra de mi ser. Pero nunca nadie se ha enamorado de mí. Nunca me ha pasado que alguien haya hecho algo tan romántico para mí, que haga que tiemble. Me tomo bastante tiempo darme cuenta de la razón. Y era bastante simple, casi para reírse.  Nadie se ha enamorado de mí porque no soy el tipo de mujer de la que te enamoras. Probablemente sea esa mujer que respetas, o esa mujer a la que admiras. O la mujer que te gustaría encontr
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Una copa llena

Poco se habla de los que hacen resurgir tu mundo día a día. De esos amigos que siempre han estado ahí y que te han visto en tus mejores y en tus peores. Esos amigos que te llenan la copa cuando ves el vaso medio vacío y te quitan la botella cuando estás al borde del abismo. Los amigos, poco se habla de como su abrazo puede hacer que todos los problemas se olviden. Sus bromas, sus cosquillas son la llave para liberar cualquier miedo. Y qué decir de cuando cuentan sus movidas y tú no puedes entender por qué le han roto Tantísimas veces la sonrisa esas historias de amor tan jodidas, e intentas ser payasa, cómica, estúpida, absurda; sonrisa al fin y al cabo. Poco se habla de los amigos que son verso, poema, poeta y que no son Madrid, ni Barcelona, ni París, porque son hogar, refugio, sonrisa. Amigos que harían cualquier cosa por ser armazón y que nunca te hirieran. Amigos que son la barra de un bar un viernes cualquiera, la copa, el acohol, la fiesta, los “joder tío, te qui

IV

Si todos los caminos llegan a Roma, ¿cómo se sale de Roma? A veces, pensamos demasiado y sentimos muy poco. Mi abuelo siempre decía que si alguien quiere seriamente formar parte de tu vida, hará lo imposible por estar en ella, aunque, en cierto modo, perdamos entre pantallas el valor de las miradas, olvidando que cuando alguien nos dedica su tiempo, nos está regalando lo único que no recuperará jamás. Y es que la vida son momentos ¿sabes? Que ahora estoy aquí y mañana no lo sé.  Y que quería decirte, que si alguna vez quieres algo, quieres algo de verdad, ve por ello y nada más, mirando el miedo de frente y a los ojos, entregándolo todo y dando el alma, sacando al niño que llevas dentro, ese que cree en los imposibles y que daría la luna por tocar una estrella…. Así que no sé qué será de mí mañana, pero este sol siempre va a ser el mismo que el tuyo,  que los amigos son la familia que elegimos y que yo te elijo a ti, te elijo a ti por ser dueño de las arrugas que tendré en

ACUERDOS

Vamos a ponernos de acuerdo, por que esto no puede seguir así.  No podemos esperar de alguien algo que no damos, y mucho menos exigirle algo de lo que nosotros carecemos. No podemos fiarnos de la apariencia de una persona, ni de lo que dicen. No, no se puede.  Tampoco podemos hacer que las relaciones que tenemos dependan de alguien que no tiene ni puta idea, que no conozca el origen, el desarrollo ni las consecuencias. Es como si le pidieses a alguien que te hablase del futuro. Exacto, no tiene ni puta idea de lo que va a pasar.  No podemos dejar que nos miren por encima del hombro, que nos insulten por pensar de manera distinta ni que nos infravaloren por hacer algo que ellos no harían.  No, no se puede. No podemos fiarnos de un físico que no es ni la mitad del alma.  No podemos quedarnos con la primera impresión, por que las cosas, las personas y las ideas cambian.  Lo que no podemos hacer es depender más de una pantalla que de una pers

Loc@ busca loc@ con el que ser feliz

Y es que desgraciadamente, es así. Llega un punto en el que queremos, o queremos querer tanto, en el que no sabemos quienes somos, qué hacemos y cual es nuestro papel en esto que llaman vida. Perdemos el norte, la cabeza y el corazón, o como queráis decirlo. Llega un momento en el que nos quedamos ciegos, sordos y casi mudos y es entonces cuando cometemos locuras. Nos volvemos locos que cometen locuras sin principio ni final. Nos convertimos en personas que arriesgan su vida y luego quedan destrozadas. Nos creamos el perfil de loco, que busca a otro loco con el que ser feliz. Por que si joder, amar es la mayor locura de todas. A no ser, que se ame con locura.

Lamentaciones

A lo mejor debería empezar a preguntarme por qué no soy la chica a la que le cogerías la mano en un paso de cebra, la que presentarías a tus padres, la que te follarías en cualquier portal y cuidarías cada mañana en tu cocina. A la que prepararías lo único que sabes cocinar e irías a buscar a la salida del trabajo. La chica de la que hablarías a tus amigos y les dirías lo increíble que es, lo guapa que está cuando se quita el vestido después de una fiesta y se pone esa camiseta ancha que tanto le gusta. Aquella a la que mirarías como si fuera una niña, y amarías como a una mujer. Aquella que dejaría mal a las estrellas del brillo que tienen sus ojos. Esa chica que te hace dudar de todo, porque ella es lo único que tienes claro. Debería empezar a preguntarme Por qué no me coges de la cadera en mitad de Gran Vía y no me luces como si fuera tu mejor tesoro robado. Por qué no me mandas mensajes a las seis de la mañana cuando vuelves hecho mierda de una fiesta de mierda. Y me pides que son

Todo lo que fue y no será

"Hay veranos que no deberían acabar nunca, inviernos que no deberían traer el frio, si se quiere en función a lo que se echa de menos, la verdad es que andamos jodidos, existen personas que conoces y ya no puedes olvidar, porque son ellos los que te hacen olvidar todos los problemas. Ojalá pudiera meter todos los recuerdos en una maleta y que ya no salieran jamás. Los conocí con la sonrisa acuestas, completamente hundida en un pozo y sin saberlo me habéis reconstruido, el salvavidas perfecto para quien buscaba sentido a unos versos. Pero a quien no le salvarían los bailes que empiezan en el jardín con un sinfín de botellas haciéndonos hablar más de la cuenta. Las mejores noches empiezan con canciones haciendo retumbar los altavoces cuando realmente su risa es la única música que suena. Cuando nos despedimos la primera vez escribía versos sobre Nueva York, de los kilómetros que nos separaban. Y sois vosotros quienes sabéis que soy un desastre, la peor sastre de conse